TRYLOBITE: AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS.

Sin lugar a dudas Trilobyte ha sido una sala emblemática para el Punk en Madrid. Con el tiempo es posible que alcance la categoría de "sala mítica", como hoy se considera al Rockola. No obstante, tanto el Rockola, como el Revolver fueron salas, que si bien merecen la categoría de "Templos", no se centraron única y exclusivamente en el Punk. Sin embargo el Trilobyte fue una sala que nació y murió por y para el Punk. En sus escasos tres años de vida por allí pasaron todos los que tenían algo que ver con el Punk. Por ello, y por los buenos, buenísimos, momentos que pasamos allí, se merecen este pequeño artículo y gran homenaje.
Un homenaje que también haremos en un futuro con el Gruta'77, digno heredero del Trilo; y que esperamos que cumpla muchos años más.
Por supuesto no nos olvidamos de otras salas importantísimas como El sol, Agapo, Alien... y sobre todo de una pequeña sala madrileña, refugio de multitud de bandas míticas del Punk Rock, el Templo del Gato. Pero al resultar su actividad más dispersa y menos intensa que la del Trilobyte, y al no poseer la adecuada cantidad de información, dejaremos el tema en manos de alguien más competente. Ahí queda el reto para quien desee afrontarlo.

Aviso: este recorrido está escrito desde mi punto de vista, como espectador y como miembro de los Webelos. Tocamos unas cuantas veces en el Trilobyte y asistí sólo a los conciertos de mi agrado, o los que creía que iban a ser de mi agrado. Además he omitido muchas anécdotas y detalles, con la intención de no hacerlo eterno. Pero se podría escribir un libro. Y por supuesto se puede enfocar la historia desde muchas otras perspectivas. Esto es sólo una visión parcial y muy subjetiva. Aunque espero que os traiga recuerdos y os guste.

New club in da block.

La primera vez que tuve noticias de la existencia de la sala Trilobyte fue en la calle San Mateo. En algún momento de 1997. Estaba mirando un flyer que me acababan de pasar. Snap Her, un grupo de Punk femenino, venía a tocar a Madrid. Lo organizaba Turmix. Aerobitch serían sus teloneros. "Hmmmmm, habrá que ir", pensé, "tiene buena pinta". Pero, ¿dónde estaba esa sala? Avenida Donostiarra. ¿Dónde cojones estaba eso?
Unos días antes del concierto consulté un callejero. No estaba muy lejos de la casa de Poison Bambee, pero no conocíamos la zona. Pensábamos que quizás ese fuera el primer y último concierto al que asistiríamos en la sala. Una extravagancia nada más, un cambio de sala eventual. Probablemente Kike Turmix no había encontrado otra sala y optó por trasladar a los parroquianos de sitio, con el riesgo que eso conlleva. La gente, acostumbrada a moverse por el centro, ¿se desplazaría hasta Ventas?
Pues parece que hubo una buena respuesta. Atraídos en parte por Aerobitch y en parte por la curiosidad que levantaban Snap Her, nos dimos cita un buen puñado de espectadores inquientos.
La sala era pequeña y oscura, el escenario estaba muy bajito y encima era dificil encontrarla; pues estaba situada en unos bajos colindantes con la calle principal. De ahí eso de "número 2, posterior".
No recuerdo si ya entonces estaban pintados los esqueletos de la fachada. Esos esqueletos dibujados que tardaron meses en estar acabados. ¿O acaso no se acabaron nunca?
Por dentro, la sala tenía su encanto: ese sabor a algo nuevo; pero a la vez a algo tan viejo como el Punk Rock. La sala no era nueva, había cambiado de dueños, y el local estaba algo castigado por los años.
El tamaño era el ideal para el aforo que se esperaba en este tipo de eventos. Además resultaba muy recogida y entrañable. No obstante aún no eramos conscientes de que se convertiría en la segunda casa de muchos de nosotros.
Snap Her no llegaban y Aerobitch tuvieron que empezar el concierto. Al parecer Kike las había abandonado a su suerte en una furgoneta sin guía y sin conocer el país. (Posteriormente circuló el rumor de que el grupo se había separado, y uno de los detonantes fue la pésima organización de su gira española. No sé qué hay de cierto en ello). Cuando ya no dabamos un duro por ellas, por fin aparecieron las chicas. Concierto interesante y buen ambiente. Si algún día daban otro concierto en aquel curioso lugar, volveríamos.
Y así lo hicimos. Cientos de veces.

Bad music for bad people.

Durante el 97 comenzamos a asistir, cada vez con más frecuencia, a la sala. Los conciertos de punk Rock con un aforo inferior al de El Sol se empezaron a celebrar todos allí. Por allí comenzaron a desfilar leyendas extranjeras como los Cosmic Psychos o grupos más actuales como Subsonics, Onyas, Smuglers... Y por supuesto los grupos nacionales, de Madrid y de fuera, celebraban allí sus conciertos, gente como Aerobitch, Sugus, Los Guarriors, Why Not?, Ass Dragers, Los Perros...
Y lo mejor es que los podías ver a todos a medio metro de tu geta. Podíamos sentir su sudor, tocarlos, pegarlos, acariciarlos...

Al acabar el año ya eramos todos conscientes de que aquella sala estaba allí para quedarse. Y lo que era mejor, se trataba de un sala para nosotros. Una autentica sala Punk Rock.
La gente de allí era amable, enrollada y encima eran Punk Rockers. Daba gusto escuchar antes y después de las actuaciones discos de Punk Rock. No como en otras salas, que cuando programaban conciertos Punk ni se molestaban en pinchar música parecida. Directamente ponían heavy metal, salsa o cualquier otra cosa.
Recuerdo que en El Sol se compraron un recopilatorio que regalaban con la revista Factory (el Punk Rock Explosion), y lo ponían siempre que venían los Queers o cualquier otro grupo Punk. Ya estábamos hasta los huevos de escuchar el mismo disco una y otra vez. Sin embargo en el Trilo tenían muchos discos y casi todos ellos acojonantes.
De repente escuchabas entre los conciertos las mismas canciones que escuchabas en tu casa. Esos tíos tenían nuestros mismos gustos. Esto era raro encontrarlo en un bar, y rarísimo en una sala de conciertos.
Pero allí sonaban los Cramps, Coyote Men, L7, Depressing Claim... y muchos y muchos otros.
Además existía una especia de sensación de hermanamiento. Todos íbamos a los conciertos de todos. Todo el mundo estaba en "la escena" y todos la apoyábamos. Con decir que los Webelos llegamos a tocar en un evento organizado por Turmix creo que lo digo todo.
Grupos, sellos, sala, promotores... todos nos llevábamos bien. Unos meses después, (creo que ya con el Trilo cerrado), comenzaron las guerras. Guerras entre los que estaban dispuestos a chupar culos y a callarse y los que no lo estábamos. Guerras entre los defensores del Punk y los partidarios del Metal. Aunque por aquel entonces no se atrevían aún a hablar de Metal, les daba vergüenza reconocerlo. Envidias, insultos, boicots... Pero eso es otra historia.

Pero volvamos a los buenos tiempos. Aquello era como el paraíso. Si sumamos a esto que en muchos conciertos pasabamos grátis o pagabamos la mitad por ser clientes habituales, y que encima dejaban tocar a un grupo tan malo como el nuestro... Estábamos encantandos.

Loco live.

1998 fue sin duda el año de Trylobyte. Prácticamente había al menos un concierto interesante a la semana. Y muchas semanas teníamos cita obligada allí con nuestros grupos favoritos dos o tres veces.

Ya en el 97 habíamos visto grandes conciertos. Recuerdo especialmente el concierto que ofrecieron los Ass Dragers. En una gira mítica que hicieron con los Perros y los Onyas.
Los Ass Draggers nos sorprendieron gratamente. Sobre todo su cantante. Era un caradura y parecía que a los otros grupos les caía fatal. Cantó con los Onyas una canción y les robó el protagonismo. El guitarrista de los Onyas se ponía delante suyo, pero ni con esas. Aunque lo mejor fue cuando los Draggers salieron a hacer el bis. El guitarrista, que por cierto tocaba con la guitarra casi a ras de suelo, quería salir también; pero el cantante se negó. Salió él en solitario con la guitarra, sin saber tocarla, e interpretó la canción de cabecera de la serie de El Fary (Menudo es mi padre). Que descojone. Fue buenísimo.

Otro show acojonante fue el que dieron los Coyote Men acompañados de los Superfly TNT's. Los Superfly fueron lo más parecido a Supercharger que ha pasado por la sala. Dieron un show corto, intenso y flipante. Y luego los Coyote Men nos deleitaron con su RNR Punk y sus máscaras de lucha libre. Muy salvaje. Pedazo de show.

Tan bueno como el que dieron los Dirtys. Tener un grupo de Crypt era todo un lujazo. Por aquel entonces era el mejor sello del mundo. Y el Trilo no se privó de ello. Por su palestra desfilaron muchos grupos del sello: los Dirtys, los Ass Draggers (de los que acabo de hablar), los Country Teasers y los New Bomb Turks (de los que hablaré más adelante). Estos últimos dieron uno de los mejores, o quizás el mejor concierto que se vió en el Trilo.

No podemos olvidarnos de los conciertos de The Sitches y Showcase Showdown. Muy muy Punk, los dos. Recuperando el espíritu del 77. En ambos casos los teloneros fueron unos chavalines que estaban empezando y que compartían local con nosotros: Sarcastic Bombs. No podían faltar una de las bandas más importante del Punk español de los 90, y una de las más queridas en Superpunk. Reunificación!!!

Tampoco podían faltar Ulan Bator Trío. Otra banda superapreciada por nosotros y probablemente una de las pocas que se recordarán dentro de 20 años. El mismo día tocaban los Meteors en el Arena. Decidimos ver a los psychobillies, pues nunca antes los habíamos visto. En mitad del concierto, nos empezamos a aburrir y comenzamos a pensar en que en el Trilo estarían tocando los UBT. Nos fuimos a la carrera y llegamos antes incluso de que empezaran. ¡Que pedazo de fiesta! Estos tíos eran la polla.

Un gran momento fue cuando se presentaba el 10" compartido entre Pussycats y las Best-Tias. Las Pussycats estaban muy chulas vestidas de leopardo y encima aún no tocaban muy bien. Dos cosas que aprecio mucho en un grupo: vestuario chulo y amaterismo total. Además tocaban versiones de Desechables. Y todavía estaba Anita en el grupo, cosa que los mozos agradecían bastante. ¿Qué más se podía pedir? Fue batante divertido.

Vimos a las Pussycats un poco como rivales, hacían casi la misma música que nosotros y tocaban mal. Pero cuando vimos a Twipth y a Operación Bikini en el Trilobyte, fue cuando realmente encontramos a dos grupos capaces de rivalizar con nuestra ineptitud.

Los Twipth sacaron su nombre del sonido que emite la tela de araña de Spiderman al ser lanzada. Nuestro batería iba disfrazado de Spiderman. Ellos apenas sabían tocar; nosotros aún menos. Cantaba una chica; y Poison Bambee ponía la voz a casi todos nuestros temas. Demasiados paralelismos para que ambas bandas conviviesen en la misma ciudad. Ni que decir tiene que nos encantaban.
En un show en el Trilo, Raúl, el guitarrista, hirió en una pierna a una espectadora con su guitarra. No volvieron a tocar allí. Desgraciadamente la banda duró poco. Que pena.

El concierto de Jugos Lixiviados se anunciaba junto a dos invitados muy especiales: el Capitán Entresijos y Operación Bikini. Debajo de Operación Bikini se podía leer "Inexperta banda Punk de Madrid". No podíamos faltar. Y no lo hicimos. Pronto descubrimos que Raúl era el cantante (no teníamos ni idea), y allí conocimos a Alex, el batería (que posteriormente tocará en Pili y sus Lechones y en Fumestones). Aquellos tipos tocaban tan mal como nosotros. Se convirtieron de inmediato en una de nuestras bandas favoritas.
Unas semanas después, cuando organizamos "La tarde mongola" en la Complutense, decidimos invitar a los O.B. a tocar en aquel festivalote. Por cierto, allí mismo se estrenaron los Sarcastic Bombs.
Después, miembros de los Bikini formarían Pili y sus Lechones. Mi grupo favorito, y nuestro grupo hermano. Y bla bla bla bla...

Mención especial merecen los Lady Dies. Al igual que el concierto de Jugos, que fue una fiesta de Radio Carcoma, los DDD venían a Madrid para tocar en otra fiesta de la emisora. Los teloneros esta vez eran los Lady Dies. No teníamos ni idea de quienes eran, ni que hacían. Fue una, más que grata, gartísima sorpresa encontrarnos con aquello. Eran los putos Oblivians del foro. Impresionantes. Desgraciadamente esta banda también duró muy poco. Recuerdo verlos otra vez más en el Garage Sónico y no volver a saber de ellos. En fin. Otra banda más que se pierde.

También disfrutamos mucho los conciertos de Sonic Dolls (no se acordaban de tocar "Johnny O.D." y nos quedamos con las ganas), de Wanda Chrome and the Leather Pharaons, de Baby Horror, de New Demolators... Y de Pretty Fuck Luck, que dieron su último concierto juntos en esta sala. (R.I.P.).

Los grupos más asiduos.

Aerobitch fue el grupo que más veces tocó en el Trilobyte. Además siempre tocó con grupos buenísimos. Todos recordamos esos míticos conciertos con Discípulos de Dionisos, con los Dirtys, con los Guarriors, con Snap Her, con Depressing Claim, con los Webelos (ejem, ejem).
En esta sala presentaron su primer larga duración. Esa obra maestra del Punk español de los 90. Y también su segundo disco, con los cambios de estilo y formación que eso supuso.
Recuerdo que al principio tocaban con Gonzalo a la batería y Javi Fast Food al bajo. Se jactaban de tocar el mayor número de canciones en el menor tiempo posible. ¡Qué tiempos!
Los Webelos fuimos el segundo grupo que más veces pisó el escenario del Trilo. De hecho durante 1998 fuimos el grupo que más veces tocó ese año.
Culminamos la temporada en diciembre, fue la última vez que tocamos allí. Unos meses más tarde cerraron las puertas definitivamente. Problemas de licencias con el puto ayuntamiento.
En esa última ocasión entramos en el cartel de rebote. Munster anunciaba con un póster horrible una fiesta en la que tocarían tres de sus grupos punteros: Las Pussycats, Piolines y Atom Rumba. Desgraciadamente, las Pussycats no podían venir a Madrid, y posteriormente se caerían también Atom Rumba. Pero no se molestaron ni en retirar los carteles, aunque en la programación del Trilo ya no aparecían las Pussycats. Ya que tenían fecha en el Trilobyte decidieron seguir adelante con el evento. Tocarían tres grupos, pero sólo uno de los tres anunciados. Finalmente tocamos los Webelos, sustituyendo a Pussycats; Guiller Momonje sutituyendo a Atom Rumba y los Piolines en el papel de ellos mismos.
Llegó a entrar gente sin saber que grupos tocaban realmente. Al final todo el mundo lo pasó bien.
Los Sugus fueron los que se llevaron la medalla de bronce. También presentaron aquí su primer disco. Un disco por otro lado casi póstumo, ya que se disolverían pronto.
Recuerdo que siempre les pedíamos "Chica 10" de su maqueta, pero estaban cansados de tocarla y nunca la hacían. De hecho nos llevamos un gran disgusto cuando comprobamos que no estaba ni en el disco.
Los Carbonas y 100% Placer, formados con miembros de Sugus entre otros, tocaron también unas cuantas veces durante 1999 en la sala.
Otros grupos asiduos de la sala eran: Baby Horror, Pretty Fuck Luck, Pleasure Fuckers, Discípulos de Dionisos, Los Perros, Sarcastic Bombs... y muchos, muchos más.

La presentación del primer disco de Baby Horror fue un momento muy especial para nosotros. Estábamos enamorados de la banda, eran como los Desechables y los Pegamoides juntos. Pasamos de ser fans suyos a robarles la canción que pensaban meter en el tributo a Desechables. Así nos hicimos amigos.
Para ellos Trilobyte era también "su sala" y no dudaron ni un momento a la hora de elegirla para presentar el disco. Aún tocaba el bajo con ellos el Dr. Romuerto y salían pálidos como fantasmas a escena. Solíamos bromear con el embarazo de Annie Baby, decíamos que era una batería heavy porque tocaba con doble bombo.
En cierto modo, Dani, el hijo de Jesús y Ana, es también un hijo del Trilobyte. Pues su madre ya lo paseaba por el escenario cuando no era más que un microbio en su barriga.
Como curiosidad, debo añadir, que aún hoy, cuando quedamos con los Baby Horror, quedamos en las terrazas de Avda. Donostiarra; las que están en los mismos bajos en los que estaba el Trilo. (sentimentales que somos).

En una ocasión los Pleasure Fuckers tocaron con Electrocuting Elvis. Un grupo poco conocido, todo hay que decirlo, pero un grupo que venía de fuera, de Inglaterra. Lo normal hubiese sido que los Fuckers fuesen los teloneros, pero no fue así, fue al revés. Tampoco quiero quitar importancia a los Fuckers, simplemente era una cuestión de cortesía. ¿No tocaron Aerobitch de teloneros de Snap Her, un grupo hasta la fecha desconocido en nuestro país?
Pues nada, allí estaban ellos, con el ego más hinflado que las ruedas de un camión. Kike llevaba un pañuelo tejano al cuello. Supongo que iría disfrazado de Rocker para la ocasión. Tocaron los Electrocuting y nos gustó bastante. Tocaron los Fuckers y nos piramos. Nosotros y mucha otra gente que estaban hartos de verles en directo.
Gracias a que los teloneros fueron los ingleses no nos tuvimos que tragar el concierto de los "malasañeros". YUUUUUUUJU!!!

Aforo limitado.

Un buen día, en algún periódico de gran tirada se anunció un ¿concierto? de NOFX en la sala.
Nadie se creía que los de Fat Mike fuesen a tocar en el Trilobyte. Los californianos estaban en uno de sus mejores momentos y atraerían a miles de personas. ¿Dónde iban a meter a toda esa gente? Era imposible; pero por si acaso no podíamos perdérnoslo. Además no había venta anticipada, había que ir pronto a hacer cola.
Multitud de jovencitos se reunían ante las puertas del Trilo, como nunca había pasado hasta entonces. La entrada fue una alocada carrera por ocupar el poco espacio de la sala. Y una vez dentro se descubrió el pastel. No iban a tocar los NOFX, se trataba sólo de una fiesta de presentación de su último disco. Vaya chasco. Pero estaba claro. Era imposible que aquello ocurriese.

También estuvo anunciado un concierto de los Vandals en el Trilobyte. Los vándalos se habían hecho muy populares en nuestro país, sobre todo a raíz de su visita como teloneros de NOFX. Existía mucha espectación por ver de nuevo a la banda. Y, todo hay que decirlo, estaba muy de moda entre los skaters, y estaba muy de moda ser skater. Se preveía un llenazo absoluto. Pero no pudo ser en el Trilo. La sala había cerrado sus puertas. Fue el final de una época.
Finalmente el evento acabó celebrándose en el Ya'sta. Allí vimos a la banda y comprobamos, ante una gran asistencia de público, como la chavalería se subía al escenario para hacerse fotos abrazados al cantante (muchas veces sin dejarle cantar bien). Fue bastante patético. En parte fue bueno no ensuciar el santuario del Trilobyte con esos comportamientos ridículos. Supongo que esos chicos hoy estarán donde se merecen: en universidades privadas repitiendo curso por enésima vez y escuchando a Korn o mierdas así.
Aquella mierda bien la merecía el Ya'sta. Puta cueva de ladrones timadores de mierda.
A los Webelos nos pasó lo mismo. No tuvimos más remedio que presentar nuestro primer single en el Ya'sta. Acaban de cerrar nuestras segunda casa y tuvimos que buscar alternativas. Y el bastardo de Mauri nos hizo la pirula con las pelas.
Sin embargo en el Trilobyte eran siempre honrrados. Como ejemplo diré que en nuestro primer show allí decidimos que la entrada fuera gratis, y aún así nos dieron un porcentaje de la barra. A ver que sala hace ahora eso.

Pero retrocedamos nuevamente en el tiempo. Cuando si pudimos disfrutar de un show de multitudes en el Trilo fue en el show de los New Bomb Turks. No había libre una sala mayor y el concierto de los de Ohio se tuvo que alojar en nuestra sala favorita. Calor, mucho calor, gente, muchísima gente, pogo, pogo brutal, sudor, litros de sudor. Yo tuve que sentarme un rato al fondo, en el suelo como a la mitad del show. Fui sin cenar y sin merendar y sufrí una pequeña lipotimia. Tras recuperarme en un par de canciones, volví a la batalla. Aquello fue genial. Me encantaban las multitudes apretujadas dándose de ostias. Bueno, y creo que aún me gustaría, pero hay pocas ocasiones de comprobarlo.

Otros conciertos multitudinarios, aunque ninguno llegaría al nivel del show de los Turks, fueron: los de Discípulos (sobre todo el que dieron con Aerobitch), el de las Donnas, el de Nuevo Catecismo Católico con Shock Treatment, el de Hellacopters...

La movida sueca o el Metal que vino del Norte.

Si Trilobyte fue el templo del Punk, también contribuyó a la caída del género. Bueno, no es que ellos tuviesen la culpa, simplemente se dedicaban a programar los conciertos que organizaba Kike. Surgieron los grupos escandinavos y ellos mismos decían que eran punks. Quedaba muy chulo decir que eran grupos Punk y hasta hablaban de los Ramones y los Sex Pistols. No hubieran llegado hasta donde están, si desde un primer momento hubiesen reconocido que lo que les gusta de verdad es Guns'N'Roses y que no son más que bandas de aburridísmo Hard Rock y pretencioso Heavy Metal. (Aunque ahora sigan insultando a nuestra inteligencia diciendo que hacen RNR).
A todos nos los vendieron como la última sensación del Punk Rock y todos picamos como bobos. Recuerdo cuando fui a pillar las entradas para los Hellacopters en Record Runner: estaban casi agotadas. Lo cierto es que yo no había escuchado antes a la banda (si lo hubiese hecho, no hubiese ido) y la cosa tenía buena pinta. Aunque me sorprendió que vendiesen tantas entradas. Un grupo casi desconocido en nuestro país.
Y allí estaban los vikingos, con sus melenitas, sus tatuajes y sus poses de estrellas del Rock. Fue el principio del fin. A partir de ese concierto comenzaban unos largos años de oscuridad para el Punk Rock de los que, todavía hoy, nos está costando salir.
Ni que decir tiene que no aguante todo el concierto. Me salí a la mitad. No aguantaba tanto solo de guitarra, ni tanta mierda. (Es curioso, porque de mi salida a la mitad del concierto no habla la "formidable" critica del señor Gilipollúndez del Ruta 66; que escribió asesorado por Turmix. Una crítica en la que al cometar nuestro primer disco se hace más hincapié en el hecho de que yo asistí a este concierto, que en comentar el disco en sí).

Pero aún no nos llevabamos mal con Kike. Aún no nos veía como un peligro para su negocio, aún no sabía que a nosotros no nos doblega nadie, y menos un tipo tan baboso como él...
De hecho le enviamos nuestra primera maqueta (que incluía el tema "Turmix Reduce"). No la escuchó, sólo se leyó las letras en el water. Y creo que precisamente porque no nos escuchó decidió ponernos de teloneros de Gluecifer. Aceptamos encantados. Tocaríamos en cualquier parte, incluso con Iron Maiden o con Suede. Con tal de salir a un escenario y burlarnos de todos los presentes, nos da igual donde tocar. De hecho nos divierte más hacerlo ante un público hostil.
Lo cierto es que la gente no nos hizo ni puto caso. Sólo una chica nos comentó durante el show de Gluecifer que nosotros eramos mucho más divertidos y que aquello era una mierda. El resto de la gente se entregó al heavy metal. Ya nada sería como antes...
Luego se dijo, un año o dos más tarde, que a los Gluecifer les parecimos una mierda. No es raro. De hecho es todo un piropo. Aunque unos amigos de Castellón nos comentaron que al día siguiente allí estuvieron los escandinavos y que iban tatareando una de nuestras canciones. Probablemente la parte Punk de su cerebro aún no había muerto del todo.

Hasta el final.

Para finalizar recordaré unos cuantos nombres de grupos que tocaron allí y que no han sido mencionados, aunque mi memoria es frágil, y los papelotes que guardo son escasos.
Ahí van unos cuantos: Lukas, Güisos, Mosquito Pick, Feedbacks, Nuevo Catecismo Católico, Arny Division, No Picky, Urbana 13, Bonus, Pink Flamingos, La Cripta, Tedio Boys, Solex, Hentchmen, King Putreak, Hatebreeders, Mad Daddys, La Uvi, Useless Wooden Toys, Snob, TV Killers, Hiperkoré, Wipe Out Skaters, Señor No, Cowslingers, Jeff Dahl, Lombego surfers, Sir Bald Diddley, Cheeks...

Dar las gracias a todo el mundo de aquel entonces, por lo bien que nos lo pasamos. Incluso a Kike, que fue el que trajo a la mayoría de los grupos. ¿Trabaja en eso, no? A pesar de nuestros malos rollos hay que reconocer que nos ha dado a conocer grandes grupos.
Y por supuesto, gracias especiales a todos los de la sala. No doy nombres porque seguro que me olvido alguno. Gracias chavales.

Y nada más. Las despedidas no son lo mío. Fin.

Mugretone Interior.

 
 

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